El alemán volvió a shokear a la F1 pero esta vez de manera negativa al anunciar que no reemplazará a Felipe Massa tras no haber pasado los estudios físicos por lo que la tan esperada vuelta del heptuple campeón quedó trunca
"Ayer por la noche informé al presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, y al director del equipo, Stefano Domenicali, de que no podría reemplazar a Felipe", indicó Schumacher en un comunicado en su página web.
"Lo he intentado absolutamente todo para que fuera posible mi regreso, pero muy a mi pesar, no ha funcionado. No hemos logrado controlar los dolores que aparecieron en la nuca tras la jornada privada de ensayos en Mugello, aunque hemos intentado todo lo posible a nivel médico y terapéutico", explicó.
La caída de moto que Michael Schumacher sufrió en febrero fue el accidente más grave de todos los que protagonizó en su trayectoria deportiva, incluso peor que los percances que tuvo en la Fórmula 1, dijo su manager, Willi Weber.
Aquella vez Schumacher frenó ante una ondulación de la pista, cayó aparatosamente, quedó inmovilizado y posteriormente fue hospitalizado. En su momento, Schumacher y sus asesores aseveraron que no había habido lesiones graves. Hoy, medio año después, admitió que sufrió "fracturas en la zona de la cabeza y del cuello".
Lo concreto es que la euforia que generó el anuncio de Schumacher se acaba de evaporar y con ella la catarata de negocios que se habían armado entorno al regreso del gigante.
Su renuncia alegró al menos a una persona, el italiano Luca Badoer, histórico tester de Ferrari que por primera vez en años cumplirá su sueño de pilotear un auto de la escudería italiana, pero por los porotos.
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