Y si...no podía ser de otra manera, esta Fórmula 1 versión 2008 parece no apta para cardíacos. Es que la carrera de Hungría fue una verdadera caja de Pandora con variantes inesperadas. Pero vamos por partes. Seamos justos, primero hablemos del ganador.
El finlandés Kovalainen respondió de gran manera a su renovación de contrato en McLaren sellando primer triunfo en la categoría. Heiki, quien ya venía amagando con podio y pole position, demostró que está para más y cuando todo parecía cocinado para Massa, el ex Renault se encontró con una victoria que lo reimpulsa dentro de la escudería pese a que está condenado a ser el escudero de Hamilton.
Increíble fue la carrera de Felipinho. Massa salió a todo o nada consciente que si no hacía algo Hamilton y Kovalainen se iban a escapar hacia un triunfo seguro. Fue así que movió mejor que Heiki y en la primera curva estiró el frenaje hasta el último centímetro, se puso a la par de Hamilton y lo cerró obligándolo a tomar por dentro la primera curva. Ergo, el inglés se quedó sin tracción y Massa capturó la punta con una maniobra para el cuadrito. Desde ese momento dominó a gusto y piacere el Gran Premio. Inclusive, se sacó de encima al acosador Hamilton cuando el neumático delantero derecho de su MP4 dijo basta y debió ir a boxes prematuramente dejando de lado sus chances de podio. Pero cuando todo parecía liquidado y Massa sacaba el champagne de la heladera para celebrar que recuperaba la punta del torneo, su motor lanzó la clásica estela de humo gris que marca su defunción a sólo tres vueltas del final. Realmente, increíble.
Hamilton la sacó barata. Los vaivenes de la carrera hicieron que termine quinto y que conserve el liderazgo del campeonato. Raikkonen también cosechó más de lo que se esperaba. Es que el finlandés estuvo gran parte de la carrera séptimo y parecía que lejos estaba de sumar puntos gordos para el campeonato. Encima su compañero de equipo estaba logrando una victoria que lo iba a dejar mejor posicionado de cara a la segunda mitad del certamen. Pero al final todos fue al revés. El campeón terminó tercero y escolta a Hamilton en la lucha por la corona.
Palabras aparte merece Timo Glock. El alemán se pegó un golpazo en Hockenhein y hasta se dudó de su participación en esta carrera, pero con un Toyota que busca posicionarse como el cuarto equipo se subió al segundo lugar del podio e igualó la mejor marca para la casa japonesa en una carrera. Alonso y Piquet llegaron cuarto y sexto, respectivamente, y parecen estar decididos a pelear palmo a palmo con Toyota por la cuarta plaza entre los constructores.
No me voy a cansar de decirlo, este torneo da para todo. Quizás la de Budapest fue la carrera que mejor refleja esta temporada de la F1. Señores el juego sigue abierto, las apuestas van subiendo y parece que las sorpresas no llegaron a su fin. Para sumarle dramatismo, la próxima carrera es en Valencia, un escenario nuevo para los pilotos. Que cierre de temporada nos espera...
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