martes, 3 de junio de 2008

Mosley pasó su "Día D" con un fuerte respaldo y seguirá al frente de la FIA


Un fuerte respaldo de 103 votos, contra 55, permitió hoy al británico Max Mosley sobrevivir como presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), pese al escándalo sexual con tintes nazis que protagonizó en Londres.

Mosley, quien registró además 7 abstenciones y 4 votos nulos, "fue salvado por los afiliados más pequeños", protestó Guido Van Voerkon, presidente del Automóvil Club holandés (ANWB), quien agregó que "en este mundo circula mucho dinero y cuando uno recibe un poco está disponible a apoyar a quien le da la vida".

Holanda evaluaba seguir los pasos del Automóvil Club alemán (ADAC), que suspendió "de manera inmediata" sus "funciones y colaboración con la FIA hasta tanto Mosley siga siendo su presidente", en protesta por el resultado de la votación.

Alemania y Holanda habían firmado una declaración de 34automóviles club y federaciones nacionales, entre los que se contaron los de Estados Unidos, España, Japón, Australia y Francia, pidiendo la renuncia de Mosley.

El Automóvil club de Estados Unidos, con más de 50 millones de miembros en ese país, anunció que también revisará su posición dentro de la FIA tras el apoyo a Mosley, quien no fue visto en la Asamblea, en la Place de la Concorde de París.

La asamblea decidió igualmente que Mosley no sea más el rostro de la FIA en actos oficiales, lo que quedará en mano de sus vicepresidentes, los italianos Franco Lucchesi y Marco Piccinini.

Varios de los grandes fabricantes de la Fórmula 1 y el mismo patrón de la categoría, Bernie Ecclestone, habían solicitado la salida de Mosley, por lo que el resultado de hoy tomó de sorpresa a los especialistas.

Tras la votación secreta de hoy, de la que participaron 180 delegados, la única voz que se alzó pidiendo "borrón y cuenta nueva" fue la del Automóvil Club Británico (MSA) que propició "olvidar lo sucedido y colaborar para el bien del automovilismomundial".

El debate de hoy, presidido por Michel Boeri, representante del Principado de Mónaco, se abrió con una defensa de Mosley a cargo del jurista británico Anthony Scriner, tras lo cual se pasó a la votación secreta.

Mosley había convocado a la Asamblea solicitando el apoyo de la FIA luego de los numerosos pedidos de que renunciara tras la difusión de una orgía con tintes nazis que protagonizó con cinco prostitutas en el barrio de Chelsea.

Una de las prostitutas, esposa de un agente del servicio secreto británico, vendió una copia de esa orgía al dominical News of the World, que destacó el uso de uniformes nazis y trajes de prisioneros de campos de concentración, además del acento alemán con el que Mosley daba ordenes a las mujeres.

Mosley, de 68 años, presidente de la FIA desde 1993 y que ahora cesará en 2009, cuando finalice su mandato, admitió sus "excéntricos" gustos sexuales, pero negó connotaciones nazis de la orgía, cuyo video fue difundido el 30 de marzo pasado.

El escándalo creció cuando el jeque Salmon Bin Hamad Al-Khalifa pidió oficialmente a Mosley que no apareciera en el siguiente Gran Premio de Bahrein, mientras que BMW, Mercedes y Toyota calificaron de "vergonzosa" la conducta del dirigente.

Mosley fracasó al reclamar a la justicia que cesara la difusión del video de News of the World, que a su vez contragolpeó entrevistando a una de las prostitutas, que confirmó que fue el dirigente quien pidió tintes nazis a la orgía.

El deseo de Mosley de reaparecer en el último GP de Montecarlo, justo antes de la votación, precipitó la ruptura con Ecclestone, quien había contratado a Mosley como abogado y era gran amigo del dirigente.

Mosley, hijo del fundador del partido fascista británico, y que inclusive llegó a postularse políticamente para una agrupación similar, se manifestó víctima de un complot y acusó a Ecclestone de prentender su salida para dominar por completo a la F-1.

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